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En Marqués de Riscal, una de las bodegas fundacionales de Rioja, la que lideró el impulso de los métodos de elaboración franceses que cambiarían para siempre nuestros vinos, el rey Felipe VI cerraba una jornada para la historia, la de la conmemoración de centenario de la Denominación de Origen, fundada tal día como hoy, un siglo atrás. Un brindis con un vino único, de 1925, culminó el acto más institucional, en el que han sido reconocidos cuatro expresidentes del Consejo Regulador y en el que el monarca definía a Rioja como «uno de nuestros signos de identidad en el mundo».
La jornada de celebración tenía tres paradas: Logroño, Haro y Elciego. El Rey ha estado en las dos últimas, y es que después de visitar el Barrio de la Estación de la localidad jarrera, donde inauguraba el Espacio Centenario de Rioja, tomaba dirección a tierras alavesas, donde le esperaba la bodega Marqués de Riscal, referente pasado y presente de la Denominación. Es una de las pocas que puede presumir de un botellero histórico con vinos anteriores a la Denominación. Uno de los momentos más significativos del día era precisamente el del degüelle de varias de sus botellas de 1925 para el brindis que guió Felipe VIante unos doscientos invitados en los salones de la bodega.
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Se abría toda una cápsula del tiempo a esas uvas que alguien vendimió y a ese tinto que alguien elaboró hace un siglo, cuando Rioja apenas contaba con unos meses de existencia. Conectar de esa manera con el pasado es único en los vinos. «Es de los años en los que se construía el primer metro en Madrid o cuando las primeras emisiones radiofónicas en Barcelona. Reinaba mi bisabuelo Alfonso XIII y Europa apenas se recuperaba de la Primera Guerra Mundial», mencionaba el monarca a modo de recordatorio de ese salto temporal que proponía el brindis centenario.
«El Rioja es uno de nuestros signos de identidad en el mundo», comenzaba Felipe VI su intervención en Marqués de Riscal: «Es una referencia de calidad, pero también de un saber hacer y un esperar. Significa encuentro, experiencia y amistad». En esa mirada al pasado que supone celebrar un centenario, el Rey ha recordado todo lo que había cambiado, pero también que «hay algunas cosas, tres, al menos, que compruebo que se mantienen intactas». La primera a la que aludía el monarca fue «el orgullo y la pasión por el trabajo que hay en esta Denominación de Origen», agradeciendo a los presidentes presentes haber engrandecido «el nombre y el prestigio del vino de Rioja».
En segundo lugar, Felipe VI destacaba el hecho de que son tres las comunidades autónomas que conforman la Denominación, ejemplificadas por Gonzalo Capellán, presidente de La Rioja, Imanol Pradales, lehendakari del Gobierno vasco, y María Chivite, presidenta de Navarra, «que habla de nosotros como país, de todo lo que logramos juntos cuando sumamos nuestras fuerzas». Finalmente, incidía en «la ambición de seguir progresando» en un contexto «muy competitivo, con nuevos retos y riesgos comerciales, como la evolución de las pautas de consumo, las exigencias medioambientales y de salud o la necesidad de abrir nuevos mercados». Destacaba el monarca que Rioja está «bien pertrechada» ante estos retos, «porque tenéis lo principal para seguir triunfando: tenéis a las personas. Una excelente generación de jóvenes dispuestos a aprender de la tradición y engrandecerla con sus propias ideas».
Y antes de proponer el esperado brindis, Felipe VI quiso subrayar cómo «la noción de participar de un bien común –la tierra, la vid, el clima, la tradición, la innovación...– está arraigada en vuestra historia y es vuestra garantía de futuro», invitando a que «la cuidéis y la cultivéis por muchos años». En ese momento, los presentes alzaron sus copas y celebraron el centenario degustando sus frutos históricos, reservados durante generaciones.
Antes, el Consejo Regulador había reconocido, con la entrega de un grabado del artista riojano José Antonio Olarte, la labor al frente de la institución de cuatro expresidentes: Fernando Salamero, José María Daroca, Luis Alberto Lecea y Víctor Pascual. Fernando Ezquerro, actual presidente, destacaba que «en este siglo de historia, Rioja ha pasado de ser una región vitivinícola reconocida a convertirse en una de las grandes marcas internacionales del vino. Denominación líder en España, pero también símbolo de calidad y autenticidad, que transmite confianza, prestigio y valor». Detalló que Rioja está presente en 130 países y que «este posicionamiento es fruto del esfuerzo de todos, de un modelo riguroso basado en el origen y en el autocontrol y de un espíritu emprendedor con visión a largo plazo», continuaba Ezquerro.
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Gonzalo Capellán, que ya había hablado en el foro de Marqués de Murrieta, no tomaba la palabra, pero sí, en tierras alavesas, el lehendakari vasco Imanol Pradales, que hacía referencia en su discurso a que «la Denominación de Origen ofrece valores únicos para diferenciarnos en el mercado y para seguir evolucionando, porque quedarse de brazos cruzados no es una opción», reseñando que «el futuro se construye con innovación y desde la raíz, nuestra tradición».
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