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Imagen de archivo de una cámara Gesell. Sonia Tercero
En Valencia

Un niño, violado por cinco compañeros en un viaje de su colegio: «Que sufra, quiero ver cómo sufre»

La víctima se desplomó sobre los brazos de su madre y entró en estado catatónico tras sufrir una violación grupal, acoso y amenazas para que no denunciara los hechos . El menor estuvo ingresado 35 días en La Fe y sigue recibiendo tratamiento psiquiátrico dos años después

Javier Martínez

Valencia

Viernes, 6 de junio 2025, 08:32

Otra manada y otra víctima con graves secuelas psicológicas. Las violaciones en grupo se repiten cada cierto tiempo, pero muy pocas veces los agresores son estudiantes de 2º de la ESO. Los hechos sucedieron en marzo de 2023 durante un viaje a Málaga de un grupo de alumnos de un colegio concertado de Valencia.

La víctima, que ahora tiene 16 años, entró en estado catatónico durante unos días y sufrió «un trastorno de estrés postraumático cronificado con graves episodios de amnesia disociativa», según el informe del psiquiatra que lo trató del que se hace eco Las Provincias.

Dos años después de la violación grupal, la Fiscalía de Menores de Valencia solo acusa a uno de los cinco agresores sexuales, ya que dos miembros de la manada eran inimputables (tenían 13 años cuando sucedieron los hechos) y otros dos se acogieron a su derecho a no declarar y no se ha podido acreditar, de momento, su participación en la agresión sexual.

Otro menor fue investigado por acosar y amenazar a la víctima para que no contara a nadie lo que sucedió en la habitación de los horrores. La acusación pública no descarta la participación de un sexto adolescente, pero no pudo identificarlo porque los implicados apenas aportaron datos en los interrogatorios.

Durante el curso, antes de la agresión sexual, el menor ya había sufrido varios episodios de burla y acoso por parte de un grupo de compañeros de clase, una manada que se reía del más débil por sus gafas, granos en la cara o la forma en la que comía el bocadillo.

También lo excluían de algunas rutinas escolares o le obligaban a sentarse en la última fila, lejos de la pizarra. Los acosadores le llamaban por teléfono desde un número oculto y le enviaban contenido pornográfico a su móvil (relaciones heterosexuales y homosexuales) y vídeos sobre técnicas de alargamiento de pene.

El acoso escolar culminó en un hotel de Benalmádena durante unas jornadas deportivas organizadas por una fundación religiosa. El 28 de marzo de 2023, la manada rodeó al menor en un pasillo y le obligó a entrar en un cuarto de baño. Luego le mostraron vídeos pornográficos, se masturbaron delante de él, le amenazaron con frases como «hazte una paja o morirás» y le agredieron sexualmente tras cerrar la puerta con pestillo.

Mientras unos forzaban a la víctima, otros animaban a los agresores, y el cabecilla del grupo dijo: «Que sufra, que sufra, quiero ver cómo sufre», según la reconstrucción de los hechos que realizó la Fiscalía de Menores. Tras regresar a Valencia, la manada continuó acosando al chico de 13 años dentro y fuera del colegio, le infundieron miedo para que guardara silencio y lo amenazaron a través de las redes sociales, llegando incluso a llamarle más de 300 veces a través de Whatsapp.

Asustado por si le hacían daño a su hermano pequeño, que estudiaba en el mismo colegio, el menor decidió sufrir en silencio un calvario con una sucesión de vejaciones y pesadumbres que minaron poco a poco su salud mental.

Conforme pasaban los días, su estado anímico empeoró, pero no contó nada a sus padres ni profesores por el miedo que seguía teniendo a la manada. Dos meses después de la agresión sexual, el menor se desplomó sobre los brazos de su madre y entró en estado catatónico tras sufrir un severo estrés emocional.

Como consecuencia de la agresión sexual y los posteriores episodios de amenazas y acoso en el colegio, la víctima fue ingresada en el Hospital La Fe hasta en tres ocasiones (durante 35 días) y en la actualidad sigue recibiendo tratamiento psiquiátrico.

El primer psicólogo que atendió al menor logró que le contara el trauma que le atormentaba: «Escenifica estar rodeado por un grupo de chicos de los que daba los nombres, echando baba por la boca con elevado nivel de bloqueo y angustia, refiriendo que la baba es semen y refiriendo inmovilidad», afirma el informe del especialista.

A pesar de los episodios de amnesia que sufrió el menor por su bloqueo emocional, los hechos que describió podrían ser constitutivos de los delitos de agresión sexual, detención ilegal y amenazas. El psicólogo tuvo claro desde el primer momento que debía acudir al juzgado de guardia para presentar la correspondiente denuncia, y eso es lo que hizo tras informar primero a los padres del chico. También entregó una copia de la denuncia a la directora del colegio donde estudiaban todos los menores.

Después de tomar declaración a la víctima y a siete adolescentes implicados, tres de ellos menores de 14 años, la Fiscalía de Menores solo acusa a uno de los jóvenes y pide una pena de 15 meses de internamiento en régimen cerrado. La condena que solicita el Ministerio Público está complementada con otra medida punitiva de dos años de libertad vigilada y la obligación de someterse a un programa formativo de educación sexual.

Aunque la víctima pronunció los nombres de sus agresores en una de las entrevistas clínicas, sus manifestaciones en la sala Gesell (un espacio amigable y protegido para tomar declaración a menores en sede judicial) no fueron tan precisas debido a su bloqueo emocional. Sin embargo, la versión de los hechos que constan en la denuncia fue respaldada por otros dos psiquiatras que se encargaron del tratamiento del menor durante su ingreso hospitalario.

La víctima y sus dos hermanos tuvieron que abandonar el colegio después de que trascendiera la violación grupal y las investigaciones de la Fiscalía, que denegó el secreto de las actuaciones con la conformidad de la jueza de menores. «Todos saben en el colegio que violaron a un alumno», afirma con indignación un profesor del centro escolar.

«La directora prohibió los viajes y actividades con pernoctaciones fuera de Valencia después de la denuncia, diez menores del mismo curso abandonaron el colegio y dimitieron los miembros de la asociación de padres de alumnos», añade el maestro.

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