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Patxi Fernández
Viernes, 6 de junio 2025, 09:07
Nissan cuenta ya con más de 10.000 vehículos eléctricos en circulación en el país, lo que representa un ahorro anual de 17.500 toneladas de CO₂ a la atmósfera, equivalente a la absorción de un bosque de medio millón de árboles.
La electrificación del parque móvil es una prioridad para Nissan, que el año pasado superó el 80% de sus ventas en España con modelos electrificados y aspira a alcanzar el 85% en 2025.
«España necesita acelerar la electrificación y para ello, Nissan ha propuesto una reforma fiscal bajando el IVA a los vehículos eléctricos y un Pacto de Estado para impulsar la electrificación», afirmó Christian Costaganna, CEO de Nissan en España, citando el modelo noruego como ejemplo de éxito.
La empresa está consolidando su compromiso con la sostenibilidad en España, no solo a través de una creciente flota de vehículos electrificados, sino también con una intensa actividad industrial que minimiza su impacto ambiental.
Más allá de sus vehículos, Nissan promueve un entorno más sostenible mediante la economía circular, el uso de materiales sostenibles y el reciclaje de vehículos al final de su vida útil. A nivel local, colabora con socios como Endesa, Zunder o Acciona y Beplanet para reutilizar baterías de coches eléctricos como el Nissan LEAF.
La apuesta por la electrificación se reforzará este año con la llegada de dos nuevos vehículos 100% eléctricos, el Nissan Micra y una nueva versión del Nissan LEAF, así como el «step 2» de la tecnología híbrida exclusiva e-POWER.
Las plantas de Nissan en España, en Ávila y Cantabria, también están a la vanguardia de la sostenibilidad. Gracias a diversas acciones, han logrado evitar la emisión de más de 800 toneladas de CO₂, el equivalente a plantar 33.000 árboles.
Javier Vila, Director General de las Operaciones Industriales de Nissan en España, destacó: «Nuestras plantas están comprometidas con el cuidado del medio ambiente a través de acciones de economía circular, eficiencia energética y reducción de emisiones».
En Ávila, la planta ha invertido en maquinaria para reciclar más de 11 toneladas de plástico, reutilizado 118 toneladas de metal y reducido el consumo de energía en más de 685.000 kWh anuales gracias a la optimización de sistemas de climatización e iluminación y el autoconsumo solar. Un ejemplo es la sustitución del fosfatado por la tecnología de oxsilán, que ha ahorrado cerca de 4.000 m³ de agua y evitado 12 toneladas de residuos peligrosos.
Por su parte, la factoría de Cantabria, reconocida con la Autorización Ambiental Integrada, evitó la emisión de 500 toneladas de CO₂ en 2024 gracias a la optimización de sus instalaciones, y reutilizó más de 7.500 toneladas de arenas de moldeo en cementeras, un incremento del 13% en reciclado. Ambos centros cuentan con la certificación ISO 14001:2015.
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