«Con la rehabilitación se alarga de forma considerable la capacidad de autonomía del paciente»

La Fundación 'la Caixa' impulsa, a través de las Convocatorias de Proyectos Sociales, el programa que lleva a cabo la Asociación Riojana de Esclerosis Múltiple (Ardem). La iniciativa, denominada 'Terapia ocupacional encaminada a mejorar la autonomía personal', tiene como principal objetivo lograr la máxima autonomía personal para la realización de actividades de la vida diaria de personas que padecen Esclerosis Múltiple (EM), Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) y patologías afines.

La terapia ocupacional en usuarios que padecen enfermedades neurodegenerativas, como la EM o ELA, no se centra en la inserción laboral, sino en mejorar su autonomía en su vida. «Al ser una enfermedad neurodegenerativa, los pacientes pueden presentar diversas dificultades para realizar actividades de la vida diaria. Por eso, con este programa se trabajan estrategias para que la persona sea lo más autónoma posible adaptándonos a la evolución de la enfermedad», explica Arancha Lasanta, directora de la Asociación Riojana de Esclerosis Múltiple.

La iniciativa, de hecho, «la desarrollamos desde hace mucho tiempo en la asociación porque forma parte de la rehabilitación integral de nuestros usuarios». Para conseguirlo, la terapeuta ocupacional efectúa una valoración de cada paciente, «ya que la EM afecta a cada persona de forma diferente».

Así, una vez realizada la valoración, se plantean los objetivos y actividades que se van a llevar a cabo con ese usuario para mejorar su autonomía personal. Entre otras intervenciones, se efectúa «una valoración de los problemas funcionales que le ha generado la enfermedad para trabajar las áreas afectadas; una evaluación de su domicilio para determinar la accesibilidad del entorno (es decir, los problemas que puede generar el espacio) y hacer las recomendaciones oportunas».

En este punto, se evalúan las ayudas técnicas (sillas de ruedas, silla de ducha, etc.) que mejorarían su autonomía personal; el entrenamiento, en su caso, de la asistencia técnica; préstamos de ayudas; y la formación de familiares y cuidadores en el uso de ayudas técnicas (como puede ser el empleo de una rueda eléctrica, scooter o grúa).

El programa, cada año, atiende a unas 50 personas afectadas por la enfermedad, así como a algunos familiares y/o cuidadores. A los pacientes les ofrecen tratamientos individuales en sesiones de 30 minutos dos veces por semana. A los familiares o cuidadores, en función de las necesidades del usuario, también se les asesora sobre el uso de ayudas técnicas y ejercicios que deben generalizar en su casa o entorno.

«Como es una enfermedad neurodegenerativa y puede afectarle a distintas partes del cuerpo, se trabaja en cada momento el área afectada para que el usuario sea lo más autónomo posible», resalta Lasanta antes de apuntar que «es importante tener en cuenta la evolución de la enfermedad». Sobre todo, porque en estos casos se introducirán las modificaciones necesarias del tratamiento para adecuarlas a su situación en cada momento. «No se cura la enfermedad, porque no tiene cura en este momento, pero sí que, con la rehabilitación, se alarga de forma considerable su capacidad de autonomía», asegura.

De ahí que resulte esencial este proyecto. «Es importante mantener la autonomía de los usuarios», afirma la gerente de la asociación antes de apuntar que «se sienten mejor cuando pueden realizar las cosas de forma más autónoma». A través de la terapia ocupacional también se trabaja con las familias para evitar la sobreprotección . «El paciente debe realizar un esfuerzo para desarrollar las actividades y requerirá más tiempo, pero lo puede hacer», concluye.