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«Recuerdo un impacto tremendo, los gritos, el intento de situarme, mucho ruido, muchas voces y el sabor de la sangre». Así ha relatado este ... lunes lo ocurrido el 4 de septiembre de 2023 un médico de emergencias de la UVI móvil que fue víctima del atropello cuando se encontraba en el aparcamiento del centro de salud de Haro.
Durante su declaración, ha detallado con la voz entrecortada que aquel día se encontraba hablando con unos compañeros en el parking y de repente sintió un impacto tan violento que tanto él como varios de los heridos salieron despedidos. Intentaba levantarse pero no podía porque tenía una pierna rota y varias lesiones en las manos. Veía salir a gente del centro de salud que acudía corriendo a asistir a los heridos y a Manuel Montoya, la víctima mortal, a la que practicaron infuctuosamente la Reanimación Cardio Pulmonar (RCP). A día de hoy, este médico de emergencias ha explicado que sigue de baja
Otra de las víctimas del atropello, una enfermera del 061, ha asegurado que no recuerda nada de lo ocurrido. «Me golpeó, me lanzó y desperté debajo de una ambulancia». «Era una catástrofe porque había muchos heridos», pero no sabía qué había pasado. «Manuel fue lanzado contra el suelo, que es lo que le causó la muerte». En la actualidad, le sigue costando hablar de aquello y «cuando oigo ruidos fuertes me sobresalto».
El siguiente en declarar ha sido un técnico de emergencias sanitarias que el día del suceso también se encontraba en el aparcamiento. Ha explicado que estaba trabajando y sobre las 22.00 horas se encontraba hablando con otras dos personas, lo siguiente que recuerda es «verme en el suelo sentado, sin poder moverme, me costaba respirar, Ana estaba debajo de la ambulancia y a Manuel lo estaban reanimando mis compañeros». «Cuando metes la cabeza debajo del agua y oyes hablar, ese es el recuerdo que yo tengo».
El coche del acusado, ha dicho, no tenía que haber entrado por donde lo hizo en ningún caso porque por esa zona sólo accede el personal sanitario. Desde el siniestro, y como consecuencia de las lesiones, ha explicado que sufre varias secuelas, le cuesta conciliar el sueño y tiene dolores crónicos.
La sesión ha continuado con la versión de lo ocurrido por parte de otro de los heridos. De aquel momento recuerda flashes: «Estaba hablando con mi mujer, me giré y vi las luces». Al instante estaba tendido en el suelo y veía como intentaban reanimar a Manuel Montoya y un gran charco de sangre. «Yo sabía que estaba muerto, pero me callé para no asustar a los demás». También recuerda que una enfermera «me estaba pinchando y decía que me iba, me iba, luego la gente pasaba, el dolor no lo recuerdo».
La última de las víctimas en comparecer, esposa del anterior, ha detallado que aquella noche estaba paseando con su marido cuando se encontraron con un conocido en el centro de salud, mientras él conversaba, ella hablaba por teléfono con su hija, que en esos momentos estaba embarazada. De repente «estaba tirada en el suelo, de costado, tenía mucho dolor en la pierna y una chica me sujetaba la cabeza, recuerdo parada cardiaca, estaba muy asustada porque también estaba mi marido». El resto era «oscuridad». «Pensaba que no iba a aconocer a mi nieta, me metieron en la ambulancia y a mitad de camino me puse malísima, vomité sangre». Al principio «pensaba que era un sueño, pero al ver que me faltaban los dientes vi que no». A día de hoy sufre importantes secuelas, entre ellas ataques de pánico, miedo y ansiedad.
En la misma sesión ha comparecido la novia del técnico sanitario fallecido en el siniestro. Llevaban juntos diez años y en el momento del atropello estaban a punto de iniciar un tratamiento de fertilidad para ser padres. La noche del suceso, sobre las 02.00 horas, un equipo de psicólogas de la Cruz Roja le dio la noticia. A partir de ese momento entró en schock. «Tenía el cuerpo absolutamente descompensado, me bajó la tensión y estaba confusa. Hasta mi madre me elegía la ropa y me ayudaba a ducharme». Su cabeza, ha dicho, «no era capaz de darse cuenta de lo que había pasado, mucha gente me decía que sólo era un duelo, y era mentira, no sólo era el fallecimiento de Manu, sino de todo el proyecto que teníamos juntos. Empezamos con 24 años y yo había aprendido a ser adulta de la mano de Manu y Manu de mi mano».
Un vecino de la zona, testigo presencial de lo ocurrido, ha relatado que aquella noche oyó el golpe, entró a la zona del aparcamiento donde ocurrió todo y vio a gente en el suelo y cómo intentaban reanimar a un hombre. El acusado intentaba dar la vuelta al coche, pero él se puso en medio, el procesado paró y salió del vehículo. «Se fue a abalanzar hacia mí, le dije que como me tocara le iba a dar con la muleta, y si sabía lo que había hecho. Él dijo que sí». La madre, según su versión, «estuvo tranquila todo el rato, le protegía, y el padre estaba detrás sentado con el cinturón, no puso el freno de mano porque el que apagó el coche fue el hijo».
La Fiscalía solicita la absolución del autor del atropello mortal en Haro el 4 de septiembre de 2023 al considerar la eximente completa de anomalía o alteración psíquica, aunque sí defiende que se imponga una medida de internamiento «para tratamiento médico en establecimiento adecuado al tipo de anomalía o alteración psíquica con un plazo máximo de 25 años».
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