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No hay una noche tranquila en Ucrania. Las sirenas antiaéreas se han convertido en una constante nocturna que advierte de un inminente ataque ruso y ... saca a los ucranianos de sus camas para buscar un lugar seguro. Los bombardeos se han intensificado desde que los servicios secretos ucranianos humillaron al Kremlin con la 'Operación Telañara', que logró destruir el pasado día 1 parte de su aviación estratégica, y el de la madrugada de este sábado fue uno de los más intensos de la guerra: se llevó a cabo con 209 drones, muchos de ellos Shahed de fabricación iraní, acompañados de bombas guiadas KAB y de nueve misiles balísticos. Dejaron al menos 10 muertos.
La ciudad de Járkov, situada a escasos 40 kilómetros de la frontera rusa, no había vivido un ataque tan fuerte desde que Vladímir Putin ordenó la invasión total de Ucrania. Según la información proporcionada este sábado por las Autoridades, se registraron 40 explosiones en la segunda mayor localidad del país. Tres personas resultaron muertas y 22 heridas -entre ellas un bebé de un mes y una adolescente de 14 años- como consecuencia del impacto de un misil contra un bloque de viviendas de nueve pisos. También resultaron parcialmente destruidos otros edificios, tanto residenciales como comerciales. «Rusia continúa sus ataques contra la población civil», denunció el canciller ucraniano, Andrii Sibiga, que instó a la comunidad internacional a «aumentar la presión sobre Moscú» para «poner fin a las masacres y la destrucción».
Sin duda, esta no es la coyuntura más favorable para que Rusia y Ucrania lleguen a acuerdos humanitarios. Sin embargo, durante la segunda reunión entre delegaciones de los dos países acordaron un nuevo canje de presos que este sábado se convirtió también en motivo para el intercambio de reproches entre ambos.
El negociador jefe ruso, Vladímir Medinski, acusó a Ucrania de haber aplazado «inesperadamente la recepción de los cuerpos» de los soldados «y el intercambio de prisioneros de guerra a una fecha indeterminada». Ucrania, sin embargo, aseguró que no se había fijado ninguna fecha concreta para la entrega de cuerpos y que Rusia no estaba cumpliendo con lo acordado. Kiev denunció, además, que Moscú «juega sucio» y «manipula» constantemente.
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