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T. Díaz
Sábado, 7 de junio 2025, 20:32
Los Ángeles, considerada hasta ahora una de las principales santuario de Estados Unidos por su cortafuegos contra los agentes federales migratorios, vio derrumbarse su muro ... de protección el viernes. Fue una calculada operación del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) la que asestó el gran golpe a la ciudad al llevar a cabo tres redadas que condujeron a la detención de 44 indocumentados. Pese a no tener el respaldo de la Policía local, los federales se abrieron paso para cumplir el propósito del presidente, Donald Trump, de deportar a 'ilegales' en cifras récord, motivo por el cual ya han perpetrado numerosas acciones de este tipo en otras partes del país.
Con lo que no contaban los agentes migratorios era con la ira de los ciudadanos de Los Ángeles, que desde el principio increparon a los oficiales por las redadas. Primero, en el barrio de Cypress Park. Luego, en el estacionamiento de un Home Depot, donde miembros de la comunidad latina suelen ofrecerse para realizar labores de construcción. Más tarde, en la fábrica textil Ambiance Apparel, de donde salieron esposados varios empleados al no tener los papeles en regla. Y finalmente en el centro de la ciudad, donde se vivió una batalla campal entre los agentes y un centenar de manifestantes.
Los disturbios se desataron la noche del viernes, después de que una multitud realizara pintadas contra el ICE en las paredes de un tribunal federal y se congregara frente a una cárcel donde se creía que estaban algunos de los migrantes detenidos. Ante el caos en las calles, la Policía local tuvo que intervervenir.
Los antidisturbios respondieron con gas lacrimógeno, gas pimienta y dispararon granadas aturdidoras para dispersar a los convocados, que lanzaron trozos de hormigón a los agentes, según medios locales. Como resultado de los choques, David Huerta, el líder del sindicato SEIU, uno de los más grandes de California con 750.000 miembros, sufrió heridas y después fue arrestado. En una nota, la organización denunció que Huerta fue detenido «mientras trataba de documentar la actividad policial».
Las redadas provocaron también una fuerte condena política. El gobernador de California, Gavin Newsom, calificó el operativo de «temerario» y «cruel» mientras que la alcaldesa de los Ángeles, Karen Bass, dijo sentirse «indignada y entristecida» ante la segunda operación del ICE en el Estado en una semana. No en vano, el 30 de mayo, los federales irrumpieron en un restaurante de San Diego para detener a migrantes que trabajaban en la cocina, pero la presión de los comensales y de los vecinos les obligó a retirarse.
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