-kmVB-U2301734970054nBI-1200x840@La%20Rioja.jpg)
Ver 31 fotos
Secciones
Servicios
Destacamos
Ver 31 fotos
Santo Domingo vivió uno de los días con más tradiciones del calendario, dentro de las Fiestas del Santo de este año 2025. Entre ellas, la más vistosa y concurrida es la de la procesión del Pan del Santo y del Peregrino. En ella, 23 jóvenes calceatenses recorrieron la ciudad ante centenares de vecinos, visitantes y peregrinos.
Con sus vestidos blancos largos, la medalla de la Cofradía del Santo y portando sobre sus cabezas un cestaño blanco, adornado con flores, encajes y largo velo de tul, llevaban sobre el cestaño un mollete de pan, símbolo de la caridad del Santo, el cual fue repartido entre los residentes del Hospital del Santo.
Desfilaron en dos hileras y al final se encontraban las dos doncellas mayores de este año: Lucía Aransay Valverde y su prima Paula Aransay Renés en el centro, que llevaban, además del mollete, una pequeña imagen del Santo.
Como cada año, en la procesión desfilaron también un carro con bueyes y dos mulas, portando la primera, acelgas, cebollas, y pellejos de vino, y la segunda, los carneros en canal, ingredientes que compondrían horas más tarde (esta madrugada) el Almuerzo del Santo.
También y como parte fundamental de la procesión, se encontraba el Grupo de Danzadores de Santo Domingo, que iba abriendo paso, y la Banda Municipal de Música calceatense, pregonera de las fiestas por su 120 aniversario y los gaiteros.
La jornada comenzó muy pronto, a las 06.30 horas en la calle Madrid, cuando la charanga Los Gallitos comenzaban un pasacalles para disfrutar de la suelta de vaquillas en la plaza de toros.
Mientras tanto, y volviendo a la vertiente más tradicional, se celebró una misa de la Cofradía del Santo en la Ermita del Puente. Posteriormente, los cofrades se dirigieron a la Casa de la Cofradía del Santo, para abrir la exposición de la Mesa que la Cofradía del Santo y los priores Domingo de Agustín Vázquez y Gloria Calpena Gutiérrez habían preparado para obsequiar a las doncellas.
El desfile transcurrió por las calles entre admiraciones de los congregados hasta el Hospital del Santo, donde ya en un ambiente más distendido, la doncellas visitaron a los mayores y para obsequiarles con el mollete y, tras ello, disfrutar de unos minutos de fotografías y abrazos con sus familias.
También por la tarde se celebró uno de los actos más entrañables y queridos de las concurridas Fiestas del Santo.
A las 17.00 horas, los representantes municipales, en Corporación y bajo mazas, precedidos de los Danzadores y dulzaineros, Gigantes y la Banda Municipal de Música, se dirigieron desde la Casa Consistorial hasta la Iglesia de San Francisco, de donde partió la procesión cívico-religiosa y ofrenda de La Rueda.
Tras pasar por las principales calles de la ciudad termina en la Catedral, donde La Rueda es elevada y, ante la emoción de los presentes, la Coral Calceatense interpreta el tradicional villancico 'Resuene'.
Después de tres días intensos de celebraciones, mañana es uno de los más importantes para los calceatenses, en el que el santo Patrón sale a las calles en procesión.
Tras el madrugador Almuerzo del Santo en la Casa de la Cofradía, tendrán lugar las Alegres Dianas y la salida de la Corporación hasta la Catedral. Allí, se celebrará una Solemne Misa Pontifical en honor al Santo, ofrecida por el Obispo de la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, Santos Montoya Torres.
Una vez finalizada, la Coral Calceatense, junto a la Banda Municipal de Música, interpretarán 'Voces se elevan al cielo'. A continuación, comenzará la procesión del Santo, presidida por autoridades con representación de entidades acogidas al Patronazgo del Santo.
El monumento de La Rueda, que se procesiona con fervor en la tarde de cada 11 de mayo, dentro de las fiestas patronales del Santo, ilustra una tradición que muchas personas interpretan aún, erróneamente, como la conmemoración del milagro de la resurrección de un trabajador atropellado por un carro durante la construcción del puente. Sin embargo, según explicó el doctor en Historia Javier Díez Morrás, también calceatense, en realidad se trata de una ofrenda de cera de la ciudad a su Santo, en agradecimiento por sus hechos, su ejemplar vida y sus milagros. El procesionado del artefacto nació a mediados del siglo XIX, cuando se cambió de lugar el viejo hospital.
Publicidad
David González
Claudia Turiel y Oihana Huércanos Pizarro (gráficos)
Óscar Beltrán de Otálora y Josemi Benítez (Gráficos)
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.