Pueblo elegido
A la última ·
Los israelitas no paraban de traicionarlo y de entregarse cada dos por tres al fornicio desenfrenado y a la adoración de becerros de oro. ¡No se aquietaban los muy puñeteros ni aun cayéndoles maná del cielo!Secciones
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Los israelitas no paraban de traicionarlo y de entregarse cada dos por tres al fornicio desenfrenado y a la adoración de becerros de oro. ¡No se aquietaban los muy puñeteros ni aun cayéndoles maná del cielo!Los pueblos elegidos, en general, me dan muy mala espina. Hay que tener un orgullo desmedido para sentirse ungido por la divinidad. Si uno lee ... la Biblia, tampoco se explica muy bien por qué Yahvé escogió a Israel como su equipo favorito, por decirlo en términos futboleros y fácilmente comprensibles. Los israelitas no paraban de traicionarlo y de entregarse cada dos por tres al fornicio desenfrenado y a la adoración de becerros de oro. ¡No se aquietaban los muy puñeteros ni aun cayéndoles maná del cielo! De todos modos, en ese episodio tal vez anduvo Jehová poco generoso: si en lugar de la sosería esa del maná les hubiera mandado cazuelitas de bacalao a la riojana, puede que se hubieran quedado más tranquilos. Untar pan relaja mucho.
Se ve que a Netanyahu estas historias del Antiguo Testamento le ponen cachondo, aunque a los ciudadanos de países débiles nos resulte chocante la idea de resolver problemas del siglo XXI con salvajismos de hace tres mil años. A la operación de aniquilación de los palestinos gazatíes la ha llamado 'Carros de Gedeón', en memoria de un personaje del libro de los Jueces que masacró a los madianitas. Desde el punto de vista jurídico, hay que reconocerle a Netanyahu la vigorosa actualización del código de Hammurabi y de su celebérrima ley del talión: en lugar de ojo por ojo y diente por diente, ha decidido cobrarse miles de ojos por ojo y millones de dientes por diente. Los dientes de leche también le valen.
Según la Biblia, Gedeón tuvo setenta hijos de muchas mujeres diferentes y el exterminio de los madianitas no sirvió para nada: «Muerto Gedeón, Israel volvió a prostituirse» (Jueces, 8:33). Líbranos, Señor, de los pueblos elegidos.
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