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Calin Georgescu ha pasado en medio año de acariciar el poder en Rumanía a anunciar su retirada de la política. El ultraderechista, de 63 años ... y alineado con el Kremlin, deja atrás la vida pública tras arrasar en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en noviembre con una campaña centrada en TikTok. Los comicios fueron anulados y él acabó detenido por presunto fraude electoral y vetado para los siguientes comicios. «Quiero dejar claro que es una decisión personal y no implica juicio alguno contra aquellos que seguirán apoyando y defendiendo la causa», ha explicado este martes al comunicar su marcha.
El excandidato prorruso, cuya inesperada victoria provocó un auténtico terremoto político en el país, ha dado un paso a un lado sólo un día después de que el europeísta Nicusor Dan fuera investido como presidente tras ganar en la repetición electoral celebrada en mayo. «Las elecciones presidenciales han terminado. Dicho esto, he decidido acabar con mi implicación en este proceso político», ha informado en un mensaje difundido a través del canal Realitatea. Georgescu, que se considera a sí mismo «un enviado de Dios», ha seguido desde fuera los últimos comicios, en los que el aspirante ultra que heredó el vacío dejado por su inhabilitación, George Simion, perdió la segunda vuelta (con el 46% de los votos).
Ahora, Georgescu será «un observador de la situación social» que atraviesa Rumanía y que no es precisamente buena, con una inflación y una tasa de desempleo disparadas y varios casos de corrupción. El ya expolítico, eso sí, no descartada su regreso a la escena pública cuando «haya una oportunidad real» para el país. «Hasta entonces pido calma y doy las gracias a todos los que me han apoyado», ha añadido el ultra, cuyo discurso ha sido siempre muy crítico con la UE y la OTAN y contrario a la ayuda a Ucrania. «El mundo está cansado de conflictos, guerras, odio y violencia», ha dicho. En su despedida ha lamentado, además, la «despolitización» entre los rumanos por «las dificultades políticas».
La retirada de Georgescu coincide con la ampliación de la investigación abierta por la Fiscalía rumana por haber apoyado en público «ideas fascistas, racistas y xenófobas». Lo hizo por última vez el pasado 16 de mayo, a dos días de las elecciones, en un programa de televisión, donde hizo referencia a posiciones de figuras como el dictador Ion Antonescu, responsable de cometer crímenes de guerra. El caso, sin embargo, se remonta varios meses atrás. El ultraderechista fue detenido en febrero e imputado por seis presuntos delitos, entre ellos incitación a acciones contra el orden constitucional y falsificación de información sobre los fondos de su campaña electoral.
Calin Georgescu
Excandidato presidencial en Rumanía
La estrategia llevada a cabo por Georgescu para los comicios anulados de noviembre estuvo siempre bajo la sospecha de injerencia rusa. En las dos semanas previas a la votación alrededor de 25.000 cuentas de TikTok,, grupos de Telegram e 'influencers' multiplicaron su actividad, lo que disparó la popularidad del candidato de extrema derecha, que ni siquiera aparecía entre los tres favoritos que vaticinaban los sondeos.
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